Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial todos los países involucrados se pusieron manos a la obra en generar secretos para no ser descubierto por sus enemigos. Por ello el oficio de espía estaba a la orden del día. Fueron muchos los que estaban infiltrados en bandos contrarios al suyo. Pero para ser espía no vale con nacer, hay que formarse y sobre todo pedir un buen Martini Vesper (el Martini de James Bond).
Para formarse como espía debías valer para ello y entrenarse en alguna de las secretas escuelas que había en el mundo. Como la protagonista de este artículo: "el Campamento X". Este nombre tan chulo y para nada oficial (en realidad se llamaba Escuela de Entrenamiento Especial nº 103) pertenecía a la escuela de espías del ejercito británico que creó al noroeste de Lake Ontario, Canadá.
Esta escuela estaba regentada por el ejercito británico y el canadiense con el objetivo de formar a los mejores espías para ambos países, por ello tenía acuerdos cercanos con el MI-6. El entrenamiento al que tenían que hacer frente los futuros espías consistía en: técnicas de sabotaje, recopilación de información, uso de ganzúas, explosivos, comunicación de radio, codificación, reclutamiento de partisanos, el arte de asesinar sin ser detectado y combate sin armas. Ya en esa época los canadienses sabían hacer buenos campamentos, es verdad que algunas actividades hoy no estarían bien vistas, pero apuntaban maneras.
A parte de la zona de entrenamiento, el campamento tenía una zona de comunicaciones que podían transmitir radio y telegramas a todos el mundo, este tenía como nombre Hydra. Como la facción villana de muchos comics de Marvel, ¿casualidad?
Como dato curioso, el centro era tan secreto que ni el Primer Ministro de Canadá en esa época, William Lyon Mackenzie King, desconocía de su existencia.
Para finalizar, si queréis saber más en 2015 se realizó una serie basada en este campamento de espías, llamada "X Company". Desde el 4 de marzo de 2021 se puede ver en TNT.
